Él tuvo que irse tan lejos que seguramente nunca volverían a verse.
Ella no pudo hacer más para demostrarle cuanto significaban las palabras. Tan frágil que el dolor que sentía no se iría jamás.
"Bésame", pensaba la última vez que lo vio. Él no la besó esperando el último beso de ella.
Todo terminó en unos cuantos mensajes que los marcaron, o no.
Y así terminan las historias que nunca llegaron a empezar del todo.
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